Antes los comunicadores utilizaban el modelo emisor y receptor, no había otro modelo que pudiera
transmitir con claridad y darle sentido a lo que se emitía, siempre se tenía al
receptor como un agente no importante que no
participaba, ni tampoco juzgaba, lo que se le ordenaba lo asía, era casi
manipulado y ordenado a que se hiciera lo que el emisor le ordenaba, hoy en día
ese modelo se está revaluando, ya no hay
un receptor que se somete a
escuchar lo que el emisor le está diciendo, sino que hablamos actualmente de un
modelo de INTERLOCUCIÓN, esto quiere decir que tanto el emisor como el receptor
tiene una interacción e importancia en el proceso comunicacional.
Con este nuevo modelo teórico, los comunicadores
sociales principalmente deben tener una
visión más clara sobre los procesos culturales y sociales que se viven a diario
en la vida de cada individuo y otras fuentes, apropiarse del contexto, ahora no
se toma a las audiencias como pasivas y carentes de significado, sino que ahora
se toman como agentes reproductores de sentido, para llegar a esto es
primordial primero, escuchar al otro para saber a que apuntar, hacia dónde
dirigir la mirada, nunca se puede emitir algo sin antes haber hecho una buena
investigación, y esto no solo se hace para tener una información, que se puede
adquirir de cualquier medio, sino que también para adquirir una experiencia, lo
que hace que actualmente se pueda percibir de una manera diferente todos los
medios de comunicación.
Pero ¿Cómo ser mediadores, sin ser mediados?,
es imposible, en cada uno de los momentos y contextos vividos, se imprime por
los individuos toda su capacidad de referentes, y de interacción que es lo que
se busca en gran medida en los estudios de recepción, imprimir de significado,
llevar al máximo las emociones y percepciones, para compartir y darle
pertenecía al otro.
Artículo de: Junior Alfredo Rodríguez
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